Los alimentos fermentados han generado mucha atención e interés en los últimos años, y cada vez se escucha más sobre los beneficios de estos alimentos. Sin embargo, la fermentación se lleva practicando desde hace muchísimo tiempo. Es de los primeros métodos de preservación de alimentos que se conocen, y cientos o miles de civilizaciones y culturas antiguas utilizaron este método para alargar el tiempo de vida de sus alimentos, así como para transformar estos alimentos y tener un producto final diferente.
El kéfir es uno de estos alimentos, que gracias a su proceso de fermentación, se potencializan sus beneficios y propiedades, tiene mayor biodisponibilidad, y su tiempo de vida se alarga. Pero, ¿qué es el kéfir? Es un producto cremoso y ligeramente ácido elaborado a base de leche fermentada. Es muy parecido al yogurt, pero con una consistencia más líquida y delgada. Se origina en el éste de Europa, en países Balcanes como Bulgaria, Romania y Eslovenia. Actualmente se consume en una gran cantidad de países y sus beneficios son bien conocidos por sus consumidores.
Para la elaboración, basta contar con dos ingredientes: leche y granos de kéfir. Tradicionalmente se utiliza leche de vaca, cabra, búfalo y oveja. Los granos de kéfir, también conocidos como búlgaros, son unos pequeños trozos de celulosa, gelatinosos al tacto, que están compuestos por una mezcla simbiótica de bacterias de ácido láctico y bacterias de ácido acético. En estos granos se encuentran todas las bacterias necesarias que llevarán a cabo el proceso de fermentación de la leche. En el siguiente enlace podrás encontrar búlgaros para poder hacer tu propio kéfir en casa.
¿Cuáles son los principales beneficios del kéfir?
El kéfir, al ser un alimento fermentado, contiene una gran cantidad de bacterias vivas que se encargan de poblar nuestro tracto gastrointestinal, manteniendo nuestra microbiota y flora intestinal saludable, apoyando a nuestro cuerpo con diferentes funciones. Algunos de los beneficios más mencionados son:
Mejora la digestión.
Se ha descubierto que el alto contenido de probióticos, los cuales regeneran y brindan un equilibrio al intestino, mejoran la digestión de las personas. El proceso de fermentación también ayuda a deconstruir y eliminar la lactosa que se encuentra en la leche, por lo tanto, existe evidencia de que el kéfir puede ser consumido por personas que sufren de intolerancia a la lactosa.
Podría ayudar a bajar de peso.
El sobrepeso y la obesidad están altamente relacionada al desequilibrio en la microbiota y la flora intestinal. Algunos estudios demuestran que los lactobacilos, como los que se encuentran en el kéfir, están asociados con una microbiota saludable y esto se refleja en un nivel de peso más equilibrado.
Puede reducir la inflamación.
La inflamación está relacionada con algunas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide. Se ha visto, en algunos estudios, que los efectos anti inflamatorios e inmunoprotectores de alimentos probióticos como el kéfir pueden ayudar a prevenir enfermedades y condiciones tal como la artritis.
Tiene potentes propiedades antibacteriales.
Algunos probióticos que se encuentran en el kéfir pueden llegar a proteger contra algunas infecciones. Uno de estos es el Lactobacillus kefiri, que se encuentra únicamente en el kéfir. Este probiótico puede inhibir el crecimiento de algunas bacterias dañinas y peligrosas, incluyendo Salmonella, Helicobacter pylori y E. coli.
Además de estos importantes beneficios que trae a tu salud, el kéfir es sumamente sencillo de preparar en casa. No necesitas más que:
– Leche
– Granos de kéfir
– Un frasco de vidrio, de 500ml o 1L
– Un filtro de café
– Un colador no metálico
– Una cuchara de plástico o madera
– Una liga
Para la elaboración, todo lo que tienes que hacer es lo siguiente:
1.- Agarra con tu cuchara de plástico o madera de una a dos cucharadas de granos de kéfir y agrégalos a tu frasco de vidrio. Entre más granos de kéfir uses, más rápida será la fermentación.
2.- Agrega unos 500ml de leche al tiempo a tu frasco. Si es posible, utilizar leche orgánica dará mejores resultados. Hay que dejar un poco de espacio entre la leche y la parte superior del frasco, unos 3 – 5 cm es suficiente.
3.- Coloca el filtro de café con la liga para que funcione como tapadera, pero permita que salgan los gases que se generarán.
4.- Déjalo en un espacio a temperatura ambiente, sin luz directa, por 12 – 36 horas, ¡y listo! El kéfir está listo.
5.- Una vez que haya pasado el tiempo adecuado, utilizando el colador de plástico, colarás en un recipiente nuevo el kéfir. Puedes consumirlo en ese momento, o enfriarlo un poco en el refrigerador.
6.- Los granos que quedaron en el colador se pueden utilizar infinitas veces, mientras se traten con el cuidado necesario y se alimenten constantemente. Para hacer más kéfir, se lava el frasco donde se llevó a cabo la fermentación, y se enjuagan los búlgaros utilizando un poco de leche. Es importante no enjuagarlos con agua, pues esto puede debilitarlos y no funcionarán adecuadamente. Una vez que tu frasco esté lavado y tus búlgaros enjuagados, repite los pasos anteriores, y nunca te quedarás sin kéfir.
Ya que conoces qué es el kéfir, para qué sirve e incluso cómo prepararlo muy fácilmente en casa, lo que sigue es que comiences a implementarlo en tu dieta. Probablemente comenzarás a notar cambios benéficos en tu salud digestiva de manera casi inmediata. Seguramente no querrás dejar de tomar está maravillosa bebida, ahora que sabes como prepararla, pues además de tantos beneficios que trae para nuestra salud, tiene un sabor único y delicioso. ¡Implementa alimentos fermentados en tu dieta!
Fuentes
https://www.healthline.com/nutrition/9-health-benefits-of-kefir
https://www.medicalnewstoday.com/articles/318353
https://www.insider.com/guides/health/diet-nutrition/what-is-kefir
https://www.bonviveur.es/gastroteca/que-es-el-kefir